top of page

Por qué vivir en Londres cambió mi destino para siempre. Por Paloma Corredor


Soy Paloma Corredor, autora de la novela “Mamá, me voy a Londres”. Es un libro muy especial para mí y, aprovechando la invitación para escribir en este blog que admiro hace tiempo, me gustaría contarte lo que yo llamo “la historia dentro de la historia”.


Como Josefina, la protagonista de mi libro, yo también dejé atrás mi vida en Madrid y me fui a vivir a Londres en el verano de 2010. Era un viejo sueño adolescente que se había quedado sin cumplir. Y una mañana de verano cualquiera llegó mi momento. ¡A los 38 años!


Supe que me tenía que ir a Londres porque algo muy importante me esperaba allí.


Llevaba nueve años viviendo de alquiler, sola, en un minúsculo apartamento del barrio

madrileño de Chueca del que había querido irme muchas veces. Pero, en el fondo, me daba

miedo alejarme. Seguramente porque estaba muy cerca de la casa de mis padres y me sentía

culpable de pensar en dejarlos solos, porque ya habían perdido a mi hermano pequeño por un cáncer de huesos.


Pero, de repente, el miedo se transformó en entusiasmo. Me deshice de todo lo que me

sobraba, compré un billete de avión y esperé con el estómago lleno de mariposas

revoloteando a que llegara el día de marcharme. Y la verdad, ¡en mis primeras semanas en

Londres me sentí como una adolescente! Todo era nuevo, prometedor, divertido.


Y como el entusiasmo abre las puertas a la magia, me pasó algo tan increíble como que conocí a una chica que era modelo, cantante y actriz y quiso compartir conmigo su casa de Notting Hill… aunque luego decidió irse a Brighton y me dejó las llaves de su piso para que disfrutara gratis de lo que quedaba de alquiler. ¿Os imagináis mi subidón?


Pero pronto llegó el frío y las cosas ya no eran tan bonitas. Se hacía de noche a las tres de la

tarde, tuve que dejar aquella casa y compartir piso en Ealing con una señora un poco loca. Y

encima, un desengaño amoroso. ¡Uffff! Volví a Madrid por Navidad (y tuve suerte porque

cayeron tales nevadas que los aeropuertos estuvieron varios días cerrados). El día 6 de enero, tan especial para nosotros los españoles, tenía el vuelo de regreso a Londres. Era una tarde gris y oscura y me costó mucho levantarme de la mesa y decir adiós otra vez a mi familia, para regresar a mi vida paralela en Londres que no sabía muy bien qué camino estaba tomando, pero que seguía “llamándome” poderosamente.


Al volver de nuevo a Londres brotaron otra vez las ganas de vivir la aventura y de encontrar

ese “algo” que yo sabía que me esperaba. Y aunque nunca había compartido piso, una amiga

me convenció para irme a vivir a Islington, en una casa donde vivían cinco personas. Fue todo un acierto porque allí encontré a mi “familia” inglesa y comencé a encontrar mi lugar en la ciudad.


Sin embargo, tras un verano que no parecía verano, empecé a plantearme regresar a España. Mi vida en Londres era agradable, pero no era la vida de mis sueños. Me parecía demasiadoduro pasar por otro invierno inglés y seguir compartiendo piso sin haber encontrado “eso” que yo buscaba…


Así que en otoño de 2011, un año después de marcharme a Londres, regresé a Madrid. A casa de mis padres. Con 39 años y sin trabajo. Me sentía bastante desubicada. No estaba ni en Madrid ni en Londres. No quería mi vieja vida en España, pero la de Londres me había

resultado demasiado apabullante.


La verdad era que quería formar una familia, pero no encontraba con quién. Yo creía que iba a conocer a alguien especial en Londres y no había sido así...


Meses después de volver a Madrid, empecé a escribir un blog hablando de mis experiencias en Inglaterra. Lo compartí en un grupo de Facebook para españoles en Londres y, un día, un chico llamado Ángel me escribió. Era un ingeniero gaditano que, al quedarse sin trabajo, había emigrado a Londres después de que yo volviera. Trabajaba de camarero y era muy feliz allí. Lo que vi en la mirada de su foto de perfil, donde posaba frente al Tower Bridge, me cautivó. Y empezamos a escribirnos mensajes y a llamarnos por teléfono.


Cuando llegó el verano de 2013, mis antiguos caseros me dejaron las llaves de su casa de

Londres mientras pasaban las vacaciones en París. ¡Al fin iba a conocer en persona a aquel

chico! Resultó que me esperaba en el aeropuerto con un regalo por mi reciente cumpleaños y un ramo de flores. Tardé solo un rato en darme cuenta de que a su lado me sentía como en casa. Unos meses después, la vida movió las piezas de tal manera que nos vimos viviendo

juntos en su casa de Sevilla y esperando la llegada de lo mejor que nos ha pasado: nuestra hija Mar.


Y así fue como me marché a Londres para cambiar mi vida y lo logré. Solo que no ocurrió

exactamente de la manera que yo pensaba. Porque cuando nos atrevemos a transitar caminos desconocidos, la vida nos sorprende de formas inesperadas. Por eso, al regresar a España, supe que tenía que escribir una novela que llevara dentro mi propia historia y las historias de tantos otros que, como yo, un día se fueron a Londres para encontrarse con la vida de sus sueños. Todos ellos me parecen muy valientes, así que esta novela es mi pequeño homenaje a todos los españoles en Londres. ¡Me siento muy feliz cada vez que una lectora me escribe para contarme que se identifica con la protagonista!


Si quieres leer el primer capítulo, puedes encontrarlo en mi página web. También encontrarás un blog repleto de historias inspiradoras para mujeres creativas y, solo por suscribirte, te regalaré una novela completamente gratis.


Puedes comprar el libro aquí.



Este post contiene links afiliados, si entras en el enlace y haces una compra me llevaré un porcentaje pequeño. Estarás colaborando para que pueda seguir escribiendo y a ti no te cuesta nada.

Comentarios


©2021 by Mamá en Inglaterra. Proudly created with Wix.com

bottom of page